5 aprendizajes para conectar con tu liderazgo femenino

Hoy en día el 70% de las mujeres se sienten sin energía física y emocional después de la jornada laboral. El promedio de horas de trabajo diario de una mujer es de 15 horas, que incluyen 7 horas de trabajo doméstico no remunerado, mientras que los hombres dedican la mitad de tiempo, para un total de horas de trabajo de 11 horas, lo que significa 4 horas diarias de trabajo adicional para las mujeres, sumado a que la pandemia aumentó esta brecha.

Para 2021, la fuerza de trabajo femenina en Colombia fue de 9,7 millones de mujeres, de las cuales más de 7,9 millones estaban ocupadas y cerca de 1,7 millones, desocupadas. La tasa de desempleo (desocupación) de las mujeres fue del 17,5%; 6,2 puntos porcentuales por encima de los hombres (11,3%), aún muy superior a los niveles prepandemia, que ya eran considerados como rezagados, sumado a que ellas ganaron 6,3% menos que los hombres para el mismo año de la medición.

Con estos datos en mente un poco abrumadores, las invito a tomar responsabilidad sobre nuestras vidas y nuestro poder para transformar esta realidad juntas, y en este preciso instante, hacer una pequeña pausa, despojarse por un momento de las cargas y concentrarse aquí y ahora, esbozando una sonrisa hacia el interior, masajear sus manos creadoras y liberar la mente de aquello que las agobia por un instante y respirar.

A partir de esta introducción voy a exponer cinco aprendizajes, que desde mi experiencia personal me ha permitido potenciar y conectar con mi liderazgo personal femenino:

1. Autenticidad

Somos únicas e irrepetibles, estamos aquí con un talento que nos lleva a aportar en diferentes ámbitos, y que, para desatarlo, requiere que nos valoremos y aceptemos tal como somos sin buscar la aprobación constante y el requisito de satisfacer a todos afuera, porque en el reconocimiento propio se encuentra la capacidad de ser fuente de inspiración para las personas que están a nuestro alrededor. Para ello podemos tomar el coraje y la valentía para asumir riesgos, ser compasivas cuando nos equivocamos y volver a empezar con la responsabilidad de haber incorporado un nuevo aprendizaje.

2. Propósito

Todas tenemos capacidades propias y distintas que podemos vivir y disfrutar. El mundo se encuentra ávido de talentos auténticos que, en primer lugar, se pongan al servicio propio para luego ponerlo al servicio de los demás. Integra lo que amas, lo que los demás te reconocen, tu profesión y lo que el mundo necesita de ti, en un propósito con sentido para darle fuerza a tus sueños, y, si aún después de estas preguntas no lo tienes tan claro, comienza por definir aquello que no quieres, qué no quieres seguir repitiendo y a qué lugares no deseas regresar. Este puede ser otro camino para encontrar la respuesta. Aprende, experimenta y disfruta cada paso en tu camino y celebra tus logros.

Para llevar a la acción nuestros sueños y metas se requiere pedir lo que necesitamos y devolver lo que no nos corresponde, dándonos el permiso de dar un paso cada día, capitalizando las experiencias para seguir adelante en el recorrido.

3. Alimentación sabia

Cuando se habla del alimento me refiero a su integralidad para sostener el cuerpo, cuidar el corazón, entrenar la intuición, reconocer y acoger las emociones, para integrar en nosotras todas las cualidades que vinimos a aportar a nuestro propósito. Para ello, pregúntate, ¿Cómo alimentas tu mente?, ¿de qué hablas?, ¿Cómo te hablas? ¿Te juzgas continuamente o realmente te reconoces y agradeces lo que eres y de lo que estás hecha? ¿Cómo expresas tus emociones? Cultiva la espiritualidad, el amor propio, los pequeños detalles, el poder creativo, el círculo de personas seguro, los momentos y experiencias que te recargan, la capacidad de disfrute y recuerda aprender a poner límites a aquello que no es sano para ti. Para todo lo anterior, se requiere la claridad que da la pausa, respirar, alimentar y mover de manera consciente el cuerpo, alma y corazón.

4. Equilibrio

Busca tu equilibrio, no la perfección, guarda el equilibrio entre lo que das y lo que recibes, diversifica tus intereses y tus opciones, manteniendo un balance centrado en tu propio bienestar. Podrás tener caídas y retrocesos como mujer, madre, profesional, empleada, empresaria, ama de casa, pero tienes la capacidad de levantarte y asumir la responsabilidad de tu vida para equilibrarte, para ello reconoce y abraza tus emociones, están ahí no para clasificarlas como buenas o malas sino por alguna razón para movilizarte y recordar tu humanidad.

5. Comunidad de apoyo

Las mujeres poderosas crecen juntas, se acompañan, se ayudan, se contienen entre sí. La forma de desarrollarnos y crecer es construyendo comunidad, en la cooperación radica el superpoder de los seres humanos y el actual entorno que nos desafía en muchos sentidos nos está pidiendo liderar desde el poder femenino donde se prioricen el amor, la ternura, el cuidado y la creatividad para crear soluciones diferentes a los problemas que plantea esta nueva sociedad.

Cuando se recupera el liderazgo personal femenino es posible aportar a los entornos en los que nos desenvolvemos de manera sana, preservando la armonía y la colaboración para conseguir resultados que generen abundancia y plenitud compartida.

 

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